La Lactancia Materna y sus tipos

Lactancia Materna

La leche materna es importante para el crecimiento y el desarrollo del niño, aportando beneficios para toda la vida.

La lactancia materna posibilita la formación de un vínculo afectivo entre madre-hijo, a través del contacto físico, lo que facilita la unión entre ellos. El niño puede comenzar a mamar inmediatamente después del nacimiento en la sala de parto, sólo aportando ventajas a la madre y recién nacido.

La leche materna es libre de impurezas, fresca, disponible a la temperatura ideal y fácilmente digerido por el niño. En las primeras 72 horas después del parto, las mamas producen una leche que se llama el calostro, es amarillento y grueso, sale en pequeñas cantidades. Es lo que el niño necesita en los primeros días de vida, pues contiene nutrientes necesarios para ella en esta fase.

El calostro también es considerado la primera vacuna del bebé, pues contiene anticuerpos maternos que le ayudarán a no contraer infecciones como sarampión, entre otras, que en esta fase serían fatales para él. También es rico en sustancias que favorecen el crecimiento, estimulan el desarrollo del intestino del bebé, preparándolo para digerir y absorber la leche madura, e impiden la absorción de proteínas no digeridas. El colostro es laxante y ayuda a la eliminación del meconio (primeras heces del recién nacido).

En una o dos semanas, la leche aumenta en cantidad y cambia su aspecto y composición. Esta es la leche madura que contiene todos los nutrientes necesarios para que el niño crezca. Parece más raro que la leche de vaca, lo que puede llevar a pensar que la leche es débil. Pero esta apariencia acuosa es normal, por qué proporciona suficiente agua para el niño.

La composición de la leche madura cambia durante la lactancia. Al principio, parece acentuado y aguado, siendo rico en proteínas, vitaminas, minerales y agua. Al final, parece más blanco que al principio y contiene más grasa, que va a suministrar energía. El niño necesita tanto de la leche del comienzo y del final para poder crecer y desarrollarse bien. Es importante dejar que el bebé deje de mamar espontáneamente, pues si interrumpimos la lactancia, podemos hacer que el niño no reciba suficiente cantidad de leche en energía.

La lactancia materna debe ser exclusiva, en libre demanda, hasta los seis meses de vida, pues la leche proporciona todo lo que el niño necesita en este período.

Los Tipos de Lactancia Materna

– Lactancia materna exclusiva – sólo LM, directa de mama o ordeño, o leche humana de otra fuente, sin otros líquidos o sólidos (gotas o jarabes – vitaminas, sales de rehidratación oral, suplementos minerales o medicamentos);

– Lactancia materna predominante – además del LM, agua o bebidas a base de agua (agua dulce, tés, infusiones) y jugos de frutas;

Lactancia materna complementaria – además del LM, cualquier alimento sólido o semi-sólido con el fin de complementarlo, y no de sustituirlo. En esta categoría el niño puede recibir, además de la leche materna, otro tipo de leche, pero éste no se considera alimento complementario;

– Lactancia materna mixta o parcial – cuando el niño recibe leche materna y otros tipos de leche.
(WORLD HEALTH ORGANIZATION, 2007a)

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