El pie diabético es una de las principales complicaciones de la diabetes mellitus (DM), siendo causa frecuente de internaciones hospitalarias. Los costos de estas internaciones y la carga social constituyen un grave problema de salud.
Se han desarrollado varios métodos para la clasificación de las úlceras del pie diabético, pero ninguna tuvo amplia aceptación, dificultando las comparaciones de los hallazgos científicos en este campo, siendo entonces el modelo de clasificación de Wagner, descrito por el médico ortopedista Wagner FW. Jr., a mediados de 1987, donde este sistema de clasificación constituye el fundamento a partir del cual se desarrollan estudios subsiguientes, y ha servido para posibilitar la comunicación entre los investigadores y médicos, y permitir la comparación de los pacientes tratados en varias partes del mundo .
Grados de Riesgo
- Grado 0 – Pie en riesgo de ulceración, pero con ausencia de úlceras.
- Grado 1 – Úlceras superficiales con pérdida total de la piel; sin infección y comúnmente de etiología neuropática. Regalos en áreas de presión, tales como los extremos metatarsianos, pero pueden ocurrir en los dedos u otros lugares.
- Grado 2 – Principalmente neuropáticas y más profundas, frecuentemente penetrando en el tejido subcutáneo. Tienen infección, pero sin implicación ósea. El diagnóstico de infección se suele hacer con la evidencia de secreción purulenta, inflamación y celulitis. Fiebre generalmente ausente. En más del 70% de los pacientes, una media de 3 a 5 microorganismos se observan en cultivo.
- Grado 3 – Celulitis, formación ocasional de absceso, osteomielitis.
- Grado 4 – Presencia de gangrena en el ante pie.
- Grado 5 – Presencia de gangrena en todo el pie.
Algunos cuidados de enfermería con el pie diabético
– Los pacientes deben ser evaluados al menos una vez al año y aquellos que tienen alto riesgo, deben ser evaluados periódicamente cada 1 a 6 meses y que las acciones de educación terapéutica se apliquen a aquellos pacientes identificados como de alto riesgo para la aparición de las ulceraciones, principalmente cuando el lugar posee recursos materiales escasos;
– La educación preventiva contribuye a la reducción de complicaciones futuras, principalmente las amputaciones no traumáticas;
– El autocuidado, donde el profesional puede acompañar a los pacientes con mayor riesgo de desarrollo del pie diabético y orientar en cuanto al autocuidado, subrayando también la cuestión del buen control glucémico;
– El seguimiento periódico con la Enfermería, para prevenir complicaciones en pies;
– Se recomienda que durante la anamnesis, la recolección de datos deberá abordar cuestionamientos directos relacionados con los signos y síntomas. En este momento de la evaluación, es necesario que un enfermero tenga conocimiento sobre los mecanismos causales de las lesiones y de las señales para detectar la evolución de una infección;
– Algunas medidas de prevención del pie diabético quedan bajo la responsabilidad de la educación en salud proporcionada por el equipo de enfermería, tales como el cuidado de la piel y las uñas, el uso de zapatos terapéuticos, higiene diaria y otros;
– La higiene diaria de los pies, seguida del secado eficaz de toda la extensión del pie y espacios interdigitales es una medida positiva en la prevención de úlceras;
– Salen al paciente la importancia del examen de los pies diario y rutinario.
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