Los huesos de la mano: Conociendo su Anatomía

huesos de la mano

Los huesos de la mano se dividen en tres partes: carpo, metacarpo y falanges. El carpo está constituido por ocho pequeños huesos que se articulan unos con otros y funcionan armónicamente. Cualquier perturbación en alguno de estos huesos podrá romper ese equilibrio, con grave repercusión sobre los movimientos de la mano. Dos de ellos, el escafoide y el semilunar, tienen escasa circulación sanguínea.

Por eso, en el caso de fracturas de los huesos de la mano, se consolidan con gran dificultad, lo que impide la mayor parte de los movimientos de la mano. Durante el tratamiento, la mano queda inmovilizada por largo período, que a veces llega a alcanzar doce meses. Toda lesión, por lo tanto, deberá ser tratada por médicos especializados, a fin de evitar graves problemas futuros en relación con los delicados movimientos de la mano.

Carpo, Metacarpo y Falanges

El metacarpo está formado por cinco huesos iguales, de forma alargada, que se articulan de un lado con los huesos del carpo y del otro con las falanges. Las falanges son tres en cada dedo, con excepción del pulgar, que sólo tiene dos; al acercarse al metacarpo, ejecutan la función preescolar de las manos.

El CARPO está formado por ocho huesos, dispuestos en dos filas. Los de la fila superior (estando los dedos hacia abajo y la palma hacia adelante) son los siguientes, desde fuera hacia adentro: escafoide, semilunar, piramidal y pisiforme. Los de la segunda fila, en el mismo orden, son: trapecio, trapezoide, gran hueso y hueso unciforme.

El METACARPO, que constituye el esqueleto de la palma de la mano, está formado por cinco huesos metacarpianos.

Los DEDOS (FALANGES), en número de cinco (pulgar, indicador, medio, anular y auricular), se articulan con los metacarpianos. Cada dedo presenta tres falanges: la primera, o falange; la segunda, o falange, y la tercera, o falangeta. El pulgar tiene sólo dos falanges.

 

 

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