Son lesiones superficiales o profundas que pueden ser causadas por diversos factores, como herencia, enfermedades preexistentes y factores de riesgo, como el sedentarismo y el tabaquismo. En el caso de las lesiones de miembros inferiores, las más comunes son causadas por problemas de circulación. Son las lesiones arteriales y las venosas.
La circulación sanguínea funciona a partir de la distribución de la sangre que sale del corazón, actividad realizada por las arterias. Después que todo el cuerpo ha sido abastecido con sangre rica en nutrientes y oxígeno, las venas llevan la sangre de vuelta al corazón para que se filtren las impurezas.
Lesiones Arteriales
La herida se forma porque hay obstrucción de las arterias, pues existe falta de sangre rica en oxígeno y nutrientes para irrigar los tejidos, resultando en la muerte celular y, por consiguiente, en las lesiones. Generalmente, está asociada a la formación de placas de grasa en la pared de las arterias, ocasionando la disminución o interrupción del flujo sanguíneo. El tabaquismo, la diabetes no controlada y el colesterol alto son algunos de los factores que pueden favorecer el surgimiento de este tipo de úlcera. En la región por encima de la canela y en las extremidades de los dedos de los pies, son heridas de difícil cicatrización y bastante dolorosas, pudiendo, incluso, resultar en la amputación del miembro.
Lesiones Venosas
Causadas por la dificultad de retornar la sangre al corazón, corresponden al 80% de las heridas que acomete piernas y pies. La sangre está estancada en la región y, debido a la fragilización de la piel, cualquier pequeño trauma puede resultar en lesión y evolucionar hacia la condición crónica. Los grupos con mayor probabilidad de desarrollar este tipo de lesión son: mujeres, sedentarios o personas que suelen quedarse mucho tiempo en pie. Los factores genéticos también pueden influir.
Tratamiento
Una vez identificado el problema vascular, es esencial que haya un seguimiento médico especializado para que el mejor tratamiento sea indicado, principalmente porque cada tipo de lesión requiere un tratamiento específico. En lesiones venosas, para mejorar el retorno de la sangre, es importante asociar el tratamiento tópico de la herida a reposo con las piernas elevadas y el vendaje compresivo. En los casos de lesiones arteriales el tratamiento compresivo es contraindicado.
Las lesiones son heridas complejas y, a menudo, dolorosas. Con la evolución de los curativos y de los tratamientos, existen productos que aceleran el proceso cicatricial y disminuyen las molestias.
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